INTERNACIONAL.- El agua es uno de los elementos más importantes que componen nuestro organismo y se estima que el cuerpo contiene entre un 55% y 78%, dependiendo de su tamaño.
Muchos aún ignoran el papel que desempeña este preciado líquido en la salud pues, a menudo, se prefieren otro tipo de bebidas para calmar la sed e hidratarse.
Lo cierto es que el agua tiene un poder sanador que ningún otro líquido puede ofrecer y quienes logran incorporarla en su vida como un hábito diario pueden gozar de los múltiples beneficios que tiene para prevenir y combatir una gran cantidad de afecciones.
Esta práctica es un hábito milenario que ha ido perdiendo su importancia, sin embargo en países orientales se han demostrado los beneficios que trae consigo.
1. Mejora la piel: al beber agua en ayuno se fortalecen las células de la piel, logrando humectarla, limpiarla y ayudándola a mantener su elasticidad; retrasa la formación de arrugas, desecha las toxinas y despierta las defensas del cuerpo.
2. Actúa como un diurético: ayuda a drenar los materiales no deseados del riñón, ya que aumenta la tasa de orina en el cuerpo, por lo tanto, las toxinas son desechadas a un ritmo más rápido.
3. Hidrata el sistema linfático: previene la deshidratación y la fatiga de la glándula suprarrenal (encargada de producir cortisol, cuya función es hacer responder al organismo frente al estrés).
4. Favorece la digestión: se estimula el tracto gastrointestinal; ayuda a liberar las toxinas del aparato digestivo, además, prepara al cuerpo para recibir los alimentos y mover los intestinos.
5. Termorregulación: favorece la regulación de la temperatura corporal, mejorando el transporte de los nutrientes y del oxígeno a las células.