MADRID.- Un equipo internacional de
investigadores liderado por españoles constató que la inhibición de una proteína
denominada DOT1L contribuye a reprogramar o rejuvenecer de manera “muy eficaz”
células humanas o de ratones en condiciones de envejecimiento extremo.
Esta es una de las principales conclusiones de un estudio que publica en su portada la revista “Nature Cell Biology”, que firman investigadores de las universidades españolas de Oviedo y Barcelona, junto a la de Harvard (EEUU) y el Instituto Josep Carreras (España).
El envejecimiento en mamíferos viene acompañado de una pérdida de plasticidad en las células, lo que conlleva, por ejemplo, que éstas tengan menor capacidad para renovarse.
Por ello, los investigadores se centraron en estudiar la eficiencia de los procesos de reprogramación celular, lo que permite transformar células adultas en células madre inducidas capaces de generar cualquier tipo celular del organismo, y ver si con esto eran capaces de devolver esa plasticidad a células con envejecimiento extremo.
Constataron que la reprogramación de células de pacientes con envejecimiento acelerado (con enfermedades como las de Hutchinson-Gilford o Néstor-Guillermo) o de individuos de edad avanzada es “muy ineficiente o imposible”, ha relatado a Efe Fernando G. Osorio, de la Universidad de Oviedo y uno de los autores del trabajo.
Sin embargo, esta reprogramación y devolución de la plasticidad a las células en individuos jóvenes sí es eficaz.
Ante esto, los investigadores decidieron estudiar las causas moleculares de estas diferencias.
Así, observaron que las células procedentes de pacientes de avanzada edad presentaban una hiperactividad en los procesos inflamatorios celulares (la inflamación es positiva por ejemplo para el desarrollo celular o la cicatrización de heridas pero si hay sobreestimulación es perjudicial, como se ha mostrado en este caso).
Para tratar esta hiperactividad inflamatoria se pueden usar anti-inflamatorios: “sorprendentemente, el tratamiento con fármacos anti-inflamatorios aumentó la eficiencia de la reprogramación celular hasta niveles comparables a las células procedentes de individuos jóvenes”, señaló José María Pérez Freije, codirector, junto a Carlos López-Otín, de esta investigación.
Pero los anti-inflamatorios, si se administran de manera crónica, tienen efectos secundarios, de ahí que los científicos decidieran, pensando en una futura traslación a la clínica, buscar una alternativa para combatir esa hiperactividad inflamatoria celular.
Ello les llevó a identificar la proteína DOT1L, que actúa de manera natural como barrera frente a la reprogramación celular y se encuentra alterada en algunas leucemias.
Esta proteína tiene la capacidad de regular numerosos genes implicados en el proceso de reprogramación celular y bloquea la formación de células madre inducidas, y al estar también vinculada a la leucemia existen ya inhibidores contra ella.
Tras administrar inhibidores de DOT1L de manera crónica a células humanas y de ratones con envejecimiento acelerado, observaron una “mejoría extraordinaria de todos los síntomas asociados alenvejecimiento y un aumento de la esperanza de vida en ratones envejecidos prematuramente del 65 %”, según Clara Soria-Valles, primera firmante del trabajo.
Para López-Otín, este trabajo “demuestra la importancia del estudio de los mecanismos implicados en la pérdida de plasticidad celular que acompaña al envejecimiento, para identificar nuevas dianas terapéuticas que permitan intervenir sobre este proceso natural”, según una nota de la Universidad de Oviedo.
Esta es una de las principales conclusiones de un estudio que publica en su portada la revista “Nature Cell Biology”, que firman investigadores de las universidades españolas de Oviedo y Barcelona, junto a la de Harvard (EEUU) y el Instituto Josep Carreras (España).
El envejecimiento en mamíferos viene acompañado de una pérdida de plasticidad en las células, lo que conlleva, por ejemplo, que éstas tengan menor capacidad para renovarse.
Por ello, los investigadores se centraron en estudiar la eficiencia de los procesos de reprogramación celular, lo que permite transformar células adultas en células madre inducidas capaces de generar cualquier tipo celular del organismo, y ver si con esto eran capaces de devolver esa plasticidad a células con envejecimiento extremo.
Constataron que la reprogramación de células de pacientes con envejecimiento acelerado (con enfermedades como las de Hutchinson-Gilford o Néstor-Guillermo) o de individuos de edad avanzada es “muy ineficiente o imposible”, ha relatado a Efe Fernando G. Osorio, de la Universidad de Oviedo y uno de los autores del trabajo.
Sin embargo, esta reprogramación y devolución de la plasticidad a las células en individuos jóvenes sí es eficaz.
Ante esto, los investigadores decidieron estudiar las causas moleculares de estas diferencias.
Así, observaron que las células procedentes de pacientes de avanzada edad presentaban una hiperactividad en los procesos inflamatorios celulares (la inflamación es positiva por ejemplo para el desarrollo celular o la cicatrización de heridas pero si hay sobreestimulación es perjudicial, como se ha mostrado en este caso).
Para tratar esta hiperactividad inflamatoria se pueden usar anti-inflamatorios: “sorprendentemente, el tratamiento con fármacos anti-inflamatorios aumentó la eficiencia de la reprogramación celular hasta niveles comparables a las células procedentes de individuos jóvenes”, señaló José María Pérez Freije, codirector, junto a Carlos López-Otín, de esta investigación.
Pero los anti-inflamatorios, si se administran de manera crónica, tienen efectos secundarios, de ahí que los científicos decidieran, pensando en una futura traslación a la clínica, buscar una alternativa para combatir esa hiperactividad inflamatoria celular.
Ello les llevó a identificar la proteína DOT1L, que actúa de manera natural como barrera frente a la reprogramación celular y se encuentra alterada en algunas leucemias.
Esta proteína tiene la capacidad de regular numerosos genes implicados en el proceso de reprogramación celular y bloquea la formación de células madre inducidas, y al estar también vinculada a la leucemia existen ya inhibidores contra ella.
Tras administrar inhibidores de DOT1L de manera crónica a células humanas y de ratones con envejecimiento acelerado, observaron una “mejoría extraordinaria de todos los síntomas asociados alenvejecimiento y un aumento de la esperanza de vida en ratones envejecidos prematuramente del 65 %”, según Clara Soria-Valles, primera firmante del trabajo.
Para López-Otín, este trabajo “demuestra la importancia del estudio de los mecanismos implicados en la pérdida de plasticidad celular que acompaña al envejecimiento, para identificar nuevas dianas terapéuticas que permitan intervenir sobre este proceso natural”, según una nota de la Universidad de Oviedo.