ATLANTA.- Las autoridades sanitarias de Estados Unidos proyectaron un
aumento en el número de infecciones resistentes a los antibióticos en el país si
no mejoran las medidas de control de esas patologías y la prescripción de este
tipo de medicamentos, según un informe oficial divulgado este miércoles.
“Las infecciones resistentes a los antibióticos en entornos de atención médica son una amenaza creciente en Estados Unidos, y matan miles y miles de personas cada año”, declaró Tom Frieden, director de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
El funcionario destacó la necesidad de crear más consciencia sobre los riesgos del uso inadecuado de los antibióticos y la importancia de establecer esfuerzos coordinados para detener el problema.
“Podemos reducir en forma significativa estas infecciones si los establecimientos de atención médica, los asilos de ancianos y los departamentos de salud pública colaboran para mejorar el uso de antibióticos y las medidas de control de infecciones para que los pacientes estén protegidos”, añadió.
El modelo de los CDC proyecta que un enfoque coordinado, que involucre a centros de atención médica y departamentos de salud estatales, podría prevenir hasta el 70 por ciento de las infecciones que pueden ser mortales en un periodo de cinco años.
Asimismo, determinaron que establecer medidas adicionales de control de infecciones y programas de control de antibióticos podrían ayudar a prevenir 619 mil infecciones resistentes a los antibióticos y debidas a la bacteria C. difficile, y salvar 37 mil vidas en el mismo periodo.
Las bacterias resistentes a los antibióticos se han convertido en un serio problema de salud pública en Estados Unidos, donde causan más de dos millones de enfermedades y por lo menos 23 mil muertes al año.
La C. difficile, usualmente relacionada al uso inadecuado de antibióticos, causó cerca de medio millón de enfermedades en 2011, y una cifra estimada de 15 mil muertes al año se atribuye directamente a infecciones por C. difficile, de acuerdo con los CDC.
Un reporte de los CDC dado a conocer el mes pasado, encontró que los hispanos utilizan los antibióticos con menos precaución que otros grupos y tienen menos conciencia sobre los riesgos de esta práctica.
“Las infecciones resistentes a los antibióticos en entornos de atención médica son una amenaza creciente en Estados Unidos, y matan miles y miles de personas cada año”, declaró Tom Frieden, director de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
El funcionario destacó la necesidad de crear más consciencia sobre los riesgos del uso inadecuado de los antibióticos y la importancia de establecer esfuerzos coordinados para detener el problema.
“Podemos reducir en forma significativa estas infecciones si los establecimientos de atención médica, los asilos de ancianos y los departamentos de salud pública colaboran para mejorar el uso de antibióticos y las medidas de control de infecciones para que los pacientes estén protegidos”, añadió.
El modelo de los CDC proyecta que un enfoque coordinado, que involucre a centros de atención médica y departamentos de salud estatales, podría prevenir hasta el 70 por ciento de las infecciones que pueden ser mortales en un periodo de cinco años.
Asimismo, determinaron que establecer medidas adicionales de control de infecciones y programas de control de antibióticos podrían ayudar a prevenir 619 mil infecciones resistentes a los antibióticos y debidas a la bacteria C. difficile, y salvar 37 mil vidas en el mismo periodo.
Las bacterias resistentes a los antibióticos se han convertido en un serio problema de salud pública en Estados Unidos, donde causan más de dos millones de enfermedades y por lo menos 23 mil muertes al año.
La C. difficile, usualmente relacionada al uso inadecuado de antibióticos, causó cerca de medio millón de enfermedades en 2011, y una cifra estimada de 15 mil muertes al año se atribuye directamente a infecciones por C. difficile, de acuerdo con los CDC.
Un reporte de los CDC dado a conocer el mes pasado, encontró que los hispanos utilizan los antibióticos con menos precaución que otros grupos y tienen menos conciencia sobre los riesgos de esta práctica.