No se trata de saltar, sino de caer. O más especifícamente de rotar.
Este es el fondo de la teoría del noruego Svein Otto Kanstad, físico y exatleta de competencia, que asegura que una postura diferente a la hora de correr, o incluso caminar, podría beneficiar considerablemente a las personas.
Para Kanstad la mayoría de las corredores de élite no aprovechan el máximo su potencial al no ejecutar sus zancadas de la manera correcta.
El físico explica que el problema radica en que no se considera la gravedad como un elemento útil, por entender que su fuerza es perpendicular a la dirección en la que el corredor se está moviendo.
"Pero este pensamiento olvida el concepto de momento cinético o momento angular", dijo Kanstad.
En el artículo publicado en el portal New Scientist, Kanstad comentó que "en lugar de pensar en que el correr es una serie de saltos, en el que se despega con un pie y se aterriza con el otro, los corredores deben verlo como una serie de caídas, que son potenciadas por la gravedad".
"Nos vamos cayendo hacia adelante y nuestras piernas nos alcanzan", describió. "Con cada zancada nuestro cuerpo rota hacia adelante, teniendo de eje el pie que está en contacto con el suelo".
Momento cinético
El concepto se basa en el mejor aprovechamiento del momento cinético o angular que genera naturalmente el cuerpo.
Para explicarlo, Kanstad tomó como ejemplo lo que ocurre cuando lanzamos un aro o hula hoop al aire.
"Si lo lanzamos de manera vertical sin movimiento caerá y se quedará en el lugar. Pero si lo hacemos girar cuando lo lanzamos, rodará cuando haga contacto con el suelo por su movimiento cinético".
En cuanto a los corredores, Kanstad resalta que a medida que la cadera rota para mover la pierna hacia adelante, el atleta gana momento cinético.
El problema es que la mayoría no le saca el mejor provecho.
Centro de gravedad
Eso pasa porque cuando el pie más adelantado hace contacto con el suelo, el otro queda estirado detrás del cuerpo.
La nueva postura establece que ese pie debería haber rotado antes que la pierna delantera aterrice.
Al hacer esto, el centro de gravedad del corredor va a estar mucho más inclinado hacia adelante incrementando el impulso.
"Los brazos se convierten en un elemento importante de contrapeso al movimiento de las piernas".
"Se tendría que cambiar casi completamente la manera en la que uno está acostumbrado a utilizar las armas y los pies".
Es difícil, pero Kanstad lo aprendió y destaca que el excampeón olímpico y plusmarquista mundial de los 400 metros planos, el estadounidense Michael Johnson, también lo implementó.
"La gravedad está allí y nos impulsa hacia adelante, pero la anulamos inmediatamente por la manera en que corremos".
"Solamente por no hacerlo, tu puedes tener un 10% más de energía gratis", aseguró el físico noruego.