Charles Wooldridge tiene 17 años y padece lo que mucha gente considera una "enfermedad propia de chicas": anorexia.
"Pensaba en cada pedazo de comida que ingería y en el peso que iba a ganar. No me sentía cómodo conmigo mismo", le explicó Charles al programa Newsbeat de la BBC.
El joven estuvo en una clínica de rehabilitación durante dos años y ahora, por fin,se siente preparado para hablar sobre su secreto.
Es hora de volver a la escuela, donde revelará a sus amigos y compañeros de clase su lucha contra la enfermedad, algo que, confiesa, jamás pensó que sería capaz de hacer.
"No sé cómo van a reaccionar", decía, nervioso frente a las cámaras de la BBC minutos antes de reunirse con sus compañeros.
"Doblemente difícil"
"Es muy difícil sufrir un trastorno alimentario, pero para un chico puede llegar a ser el doble de difícil", le contó a la BBC el psiquiatra Darren Cutinha, del hospital Royal Free de Londres.
Para un chico puede llegar a ser doblemente difícil"
"Los chicos necesitan un apoyo adicional para asegurar su recuperación", agregó el experto.
Según la Asociación Nacional de Anorexia Nerviosa y Trastornos Asociados de Estados Unidos (ANAD, por sus siglas en inglés), uno de cada 10 chicos sufren trastornos de la alimentación.
Y en el caso de la anorexia, la cifra asciende a uno de cada cuatro.
Aunque, tal y como apuntan los especialistas, los diagnósticos tempranos en el caso de los chicos son escasos, lo cual hace de esta cuestión "un motivo de preocupación".
Charles mostró a la BBC la unidad especializada del hospital Royal Free donde llevó a cabo su tratamiento.
En las habitaciones, señala que no podía entrar porque eran sólo para chicas: "Así que tenía que estar separado y dormir en otra sala".
El muchacho asegura que era una situación "bastante solitaria" pero solía juntarse con las otras pacientes en la tarde para hacer actividades juntos.
Fue así como conoció a su actual novia, Lucy, quien también sufre un trastorno alimentario.
El momento del colapso
Tal y como explican los expertos del Colegio de Médicos Generales de Reino Unido (RCGP, por sus siglas en inglés), los trastornos de la alimentación entre los hombres son un "tema tabú".
Precisamente por ese motivo, es difícil conocer los datos exactos, lo cual hace"muy difícil saber cuántos hombres sufrieron un trastorno de la alimentación en un momento dado", dijeron especialistas del Centro Nacional de Trastornos Alimentarios de Reino Unido (NCFED, en inglés).
En el caso de Charles, no supo que tenía anorexia hasta que colapsó por inanición en diciembre de 2014.
"Fue horrible. Me sentía destrozada. Su cuarto estaba vacío y él estaba en el hospital", le dijo su madre a la BBC.
Pensaba que si comía algo ganaría peso y que la gente me juzgaría"
Charles había estado haciendo demasiado ejercicio, sin alimentarse durante varias semanas.
"Pensaba que si comía algo ganaría peso y que la gente me juzgaría", explicó el joven.
"Y comencé a esconder comida en una caja bajo mi cama", admitió.
"Cuando me enteré de que los trastornos alimentarios son más comunes en chicas, me sentí avergonzado", relató Charles.
Señales inadvertidas
Como él, muchos jóvenes sufren trastornos alimentarios.
Vuelves la vista atrás y piensas: ¿Tengo yo la culpa? ¿Qué hice mal?"
Y, por desgracia, muchas veces no logran recuperarse.
Ese fue el caso de Laurence Nugent, que tenía 24 años cuando sufrió un ataque cardíaco, después de una larga batalla contra la bulimia, la anorexia y la depresión.
Su madre, Pam, compartió con la BBC su frustración: "No supe comprender por qué estaba perdiendo peso", explicó.
Para la familia de Charles tampoco fue fácil ver las señales.
"Siempre fue el chistoso de la clase, un chico alegre y divertido", dijo su madre, quien recuerda que todo empezó cuando Charles dijo que "quería tener una alimentación más saludable"
"No fui consciente de su pérdida de peso, hasta que observé un día que iba al baño muy seguido y que se veía muy delgado, casi como un niño hambriento", admite su padre.
"Vuelves la vista atrás y piensas: ¿Tengo yo la culpa? ¿Qué hice mal?", añade.
Vuelta a la realidad
Hablamos sobre gente joven con toda la vida por delante. Necesitamos diagnosticarlos y tratarlos lo antes posible"
"Es casi como un duelo porque todavía lo veo como un niño y todavía no termino de comprender todo lo que ha pasado", dijo la madre del joven.
"Necesitamos que los chicos y chicas estén al corriente de los trastornos alimentarios en la escuela y que los profesores conozcan las señales de alarma", explicó la doctora Clare Taylor, de la RCGP.
"Hablamos sobre gente joven con toda la vida por delante. Como sociedad,necesitamos diagnosticarlos y tratarlos tan pronto como sea posible".
Charles, finalmente, logró afrontar esa trascendental conversación con sus compañeros de escuela.
"Estuve en el hospital y fue allí a la escuela. Fue un poco raro porque la mayoría de las pacientes eran chicas. Yo era el único chico", explicó, tímidamente, el joven.
"Sabía que me pasaba algo pero no sabía lo que era y por eso no pedí ayuda. Ahora quiero volver a la escuela".