"Ver a dos hombres besándose no puede generar un acto de violencia. Debería, en cambio, encender nuestros corazones", dice uno de los mensajes que acompañan a varias fotos de dos hombres dándose un beso.
Son parte de una campaña de la comunidad gay en las redes sociales tras el ataque el fin de semana pasado a un bar gay de Orlando, Florida, en el que murieron 49 personas.
Las imágenes despertaron numerosos mensajes de apoyo como así también múltiples rechazos.
En la página de Facebook de BBC Mundo tuvimos que hacer varios llamados de atención: entre los más de 2.000 comentarios que recibió la historia, hubo algunos virulentos, pero otros fueron simplemente insultantes.
Pese a que en varios países de la región se aprobaron en los últimos años leyes que brindan derechos a la comunidad homosexual, como lo es la unión civil entre personas del mismo sexo, las actitudes homofóbicas persisten.
BBC Mundo conversó con el psicólogo social Jaime Barrientos Delgado, profesor de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica del Norte, en Chile, y autor del libro Violencia homofóbica en América Latina y Chile.
¿Por quéuna foto de dos hombres besándose genera manifestaciones derechazo?
Por varias razones. Existe un prejuicio muy internalizado en la sociedad que transmite imágenes negativas del otro que es diferente.
Una cosa es que a las personas sepan que hay gays o lesbianas, pero muy diferente es la manifestación explícita de esa realidad. Por eso sucede ese rechazo con la foto.
Si bien hay modificaciones importantes en relación a los derechos de la población gay, lésbica y transexual en la región, como en Uruguay y Argentina, aún hay un gran grupo de países de América Latina en los que hay mucho por avanzar. Es una región muy contradictoria, muy heterogénea.
Tampoco hay una traducción de esas legislaciones en contextos educativos. La educación juega un rol fundamental ya que es la modificación de las creencias.
¿Por qué en una misma sociedad con los mismos valores, algunos lo aceptan y otros siguen con el prejuicio?
Porque lamentablemente para muchas personas existe un conjunto de creencias estereotipadas respecto a que el otro es diferente, por ejemplo, el homosexual. Y esas ideas negativas del otro se traducen endiscriminar, expulsar y rechazar. Desde ese lugar se alimenta el prejuicio.
Los países de América Latina se caracterizan por altos niveles de violencia de género. Hay una mezcla que es explosiva entre sexismo y homofobia.
¿De dónde viene esa creencia?
La proveniencia es múltiple. Aún se tiene que hacer mucho desde las políticas públicas, sobre todo en educación para modificar los patrones de roles de género en los que somos educados.
Se necesita una educación que permita promover una concepción diferente del otro. Puedes tener una ley antidiscriminación, pero si luego vas a la escuela y eres diferente, ¿qué haces?
¿Es América Latina una de las regiones más homofóbicas?
No si la comparas con algunos países de Asia, África o Europa del Este, que son brutalmente más homofóbicos que América Latina.
Nuestra región es homofóbica y sobretodo se manifiesta contra la población transgénero.
Hay que reconocer los avances que existen en las legislaciones de algunos países de la región como las sanciones a la discriminación y la aprobación del matrimonio del mismo sexo.
Pero todavía hay mucho que hacer para que eso que proviene del nivel institucional se traduzca en las relaciones entre las personas y sobre todo a nivel individual, para que también las personas que son lesbianas o gay lo perciban y formen parte de la comunidad en la que viven.