Ver una luz al final del túnel parece ser la experiencia cercana a la muerte más común, pero según un reciente estudio puede que no sea la única.
En 2011 el señor A., un trabajador social de Reino Unido, fue admitido en un hospital después de desmayarse en el trabajo.
El personal médico estaba punto de insertarle un catéter en la ingle cuando entró en paro cardíaco. A falta de oxígeno, su cerebro dejó de emitir señal alguna. Tecnicamente el señor A. había muerto.
Pero, a pesar de ello, A. recuerda lo que pasó después.
El equipo médico inició el procedimiento de reanimación y A. pudo escuchar una voz que decía: "denle un electro shock", mientras se levantaba de la cama y presenciaba la escena.
Y en el historial del hospital luego se pudo verificar que lo que el señor A. recordaba era precisamente lo que había ocurrido en el lapso de tiempo en el que todo el mundo le creyó inconsciente.
Análisis de casos
La historia de este paciente, recogida en un informe sobre resucitación, es una de tantas que desafían las ideas que tenemos sobre las experiencias cercanas a la muerte.
Hasta ahora, los investigadores asumían que cuando el corazón deja de bombear sangre al cerebro acaba todo nivel de conciencia.
Durante años, aquellos que han conseguido "volver" han recordado sus experiencias. Pero los médicos trataban estos recuerdos como alucinaciones, y los investigadores se han mostrado cautelosos a la hora de hablar sobre estos casos, ya que muchos son vistos como algo que va más allá de la investigación puramente científica.
Pero Sam Parnia, director del centro de resucitación de la Universidad de Medicina en Nueva York, quiso librarse de las suposiciones sobre lo que podían experimentar o no aquellos en el lecho de muerte.
Él y su equipo recolectaron datos de estos momentos durante cuatro años y analizaron más de 2.000 casos de paros cardíacos y momentos de muerte oficial.
Y parece ser que el señor A. no era el único que podía recordar su propia muerte.
Los siete sabores de la muerte
En cerca de un 50% de aquellos casos estudiados por Parnia, los pacientes eran capaces de recordar algo. Pero a diferencia del señor A., sus experiencias no parecían ser hechos que realmente ocurrieron.
Al contrario: recordaban escenarios alucinatorios que Parnia y sus colegas clasificaron en siete categorías.
"La mayor parte de ellas no son consistentes con lo que se cree que son las experiencias cercanas a la muerte", dice.
"Parece ser que las experiencias de la mente en los escenarios cercanos a la muerte son mucho más complejas de lo que se creía en el pasado".
Los siete escenarios son los siguientes:
- Miedo
- Ver animales o plantas
- Luz brillante
- Violencia y persecución
- Deja-vu
- Ver a familiares
- Recuerdo de cosas que pasaron tras el paro cardíaco
Aunque está claro que "la gente tiene experiencias en el momento de la muerte", según explica Parnia, la forma en la que cada uno de los individuos elige interpretar estas vivencias depende totalmente de sus creencias.
Alguien de India puede volver de la muerte y asegurar que vio al dios Krishna, mientras que alguien del medio oeste estadounidense puede regresar de la misma experiencia y afirmar que vio al dios cristiano.
"Si el padre de un niño del medio oeste le dice a su hijo que cuando muera verá a Jesús y que le transmitirá amor y compasión, por supuesto que verá eso", dice Parnia.
"Volverá y dirá: ’Papá tenías razón, vi a Jesús'. ¿Pero es cualquiera de nosotros realmente capaz de reconocer a Jesús? Yo no sé cómo es Dios, además de un hombre con barba blanca, lo que es una imagen totalmente construida".
"Todas estas cosas -lo que es al alma, el cielo y el infierno- se escapan a mi entendimiento, y probablemente habrá miles y miles de interpretaciones basadas en dónde naciste y cuáles hayan sido tus experiencias vitales", continúa Parnia.
"Es importante que seamos capaces de alejar todo esto del reino de las enseñanzas religiosas y ponerlo en escenarios más objetivos".
Casos comunes
Parnia y sus colegas ya planean estudios que sigan por este mismo camino e intenten responder algunas de las cuestiones planteadas.
También esperan que su trabajo contribuya al enriquecimiento de la discusión sobre el significado de la muerte, y que pueda liberarse de posturas religiosas o escépticas.
Al contrario, opinan, la muerte debe ser tratada como un tema científico objetivo más.
"Cualquiera con una mente medianamente objetiva estará de acuerdo en que todo esto es algo que debe seguir siendo investigado", añade Parnia.
"Tenemos los medios y la tecnología, ahora es el momento de hacerlo", concluye.