«Hemos visto que las personas infectadas con el VIH han desarrollado anticuerpos naturales que tienen el potencial de matar a las células infectadas. Únicamente tenemos que darles un pequeño empujón, algo que hemos hecho añadiendo una pequeña molécula que actúa como un abrelatas», explica el autor principal, Andrés Finzi.
Los guardaespaldas
Un trabajo previo había demostrado que el suero de los pacientes infectados con VIH-1 facilita la eliminación de las células infectadas cuando se desactivan dos proteínas específicas para el virus, Nef y Vpu. Debido a que en la vida real el VIH mantiene estas dos proteínas ‘guardaespaldas’, los investigadores trataron de sortearlas. ¿Cómo? La solución pasó por añadir una pequeña molécula -JP-III-48- a la superficie de las células de los pacientes infectados. Esta mólécula, explican, imita una proteína llamada CD4 que se encuentra en la superficie de los linfocitos T y permite que las células del sistema inmune sean infectadas por el VIH.«El virus debe deshacerse de los CD4 para protegerse. Pero al añadir esta molécula, forzamos a la cubierta del virus a abrirse como una flor», explica Jonathan Richard. De esta forma, «los anticuerpos presentes de forma natural después de la infección pueden dirigirse a las células infectadas para destruirlas».
La molécula JP-III-48 ha sido desarrollada por investigadores de la
Universidad de Harvard y la Universidad de Pennsilvania (EE.UU.), pero ésta es
la primera vez que se ha probado con éxito en pacientes infectados con el
VIH.
Durante décadas los científicos han tratado de diseñar una vacuna para
bloquear la infección por el VIH. Los fármacos antirretrovirales pueden reducir
la propagación del virus, pero permanece oculto en estado latente en las células
y se reactiva cuando los tratamientos cesan. Atacar a estos reservorios o
santuarios del virus VIH es uno de los objetivos si se quiere erradicar el virus
y una de las formas es «reactivarlos», para forzar al virus que salga de su
escondite para así «matar a las células infectadas con esta molécula y los
anticuerpos», indica Finzi. El paso siguiente es poner a prueba el potencial de
este ‘abrelatas’ en macacos.Fuente: abc.es