01 junio 2015

Terapias dirigidas arrojan esperanza para varios tipos de cáncer hematológico

CáncerChicago, Estados Unidos.- La Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) acogió hoy la presentación de varios ensayos clínicos que muestran cómo las terapias dirigidas pueden mejorar en gran medida los resultados en las personas que padecen cáncer en la sangre, como leucemia o linfoma no Hodgkin (LNH).
Así lo explicaron en rueda de prensa los autores de los estudios sobre nuevas terapias que aumentan las remisiones del cáncer, detienen su avance y en algunos pacientes alivia los síntomas debilitantes vinculados a la enfermedad
El uso de terapias dirigidas contra el cáncer consiste en la personalización de los tratamientos farmacológicos basados en la biología molecular y en la genética.
Uno de los ensayos presentados es el Gadolin, en fase III, que demostró que un nuevo anticuerpo monoclonal reduce en un 45 por ciento el riesgo de muerte en un subtipo frecuente del LHN, el indolente, en pacientes que no habían respondido al tratamiento previo.
Se trata de obinutuzumab, el primer anticuerpo monoclonal que combinado con bendamustina (quimioterapia), y posteriormente solo, permite que se duplique la supervivencia libre de progresión de la enfermedad respecto a la quimioterapia sola, como muestra el estudio en el que intervinieron 396 pacientes y que contó con la participación de varios hospitales españoles.
La directora del estudio, la oncóloga de la Agencia del Cáncer de la British Columbia de Canadá, Laurie Helen Sehn, explicó en la conferencia de prensa que actualmente no hay cura para este tipo de linfoma, por lo que el objetivo de los tratamientos se centra en aumentar el tiempo que los afectados permanecen sin síntomas y en la remisión de la enfermedad.
“Este tratamiento permite ofrecer a los enfermos la oportunidad de estar bien por un periodo significativo de tiempo posponiendo la necesidad de quimioterapia”, subrayó la oncóloga.
El LNH representa cerca del 80 % de los linfomas que se diagnostican y fue la causa de cerca de 200.000 fallecimientos al año en 2012.
Otro de los estudios presentados demostró que la combinación de distintos fármacos mejoró los resultados para pacientes con el tipo de leucemia más común en los países occidentales, la linfocítica crónica, que no habían respondido al tratamiento previo.
En los afectados que recibieron la combinación del inhibidor de la quinasa BTK, denominado ibrutinib, junto con el anticuerpo monoclonal rituximab y la bendamustina, se demostró que tenían un 80 por ciento menos de riesgo de muerte y de que la enfermedad progresase que los que recibieron un placebo.
En total participaron en el estudio un total de 578 pacientes.
La leucemia linfocítica crónica es un cáncer hematológico causado por exceso de células B, un tipo de glóbulo blanco, y se trata de la más frecuente en los países occidentales desarrollados: afecta a más de 300.000 personas en el mundo y a más de 15.000 en España.
“Este es uno de los estudios clínicos más rigurosos que se han hecho sobre la leucemia linfocítica crónica y verdaderamente revela que ibrutinib es un importante fármaco para combatir el cáncer”, apuntó durante la presentación el oncólogo de la clínica Mayo en Jacksonville (Florida, EEUU) Asher Chanan-Khan.

Lo más visto