El enfoque terapéutico tradicional de la mayoría de las enfermedades psiquiátricas se basa en una combinación de psicoterapia, farmacoterapia y, en algunos casos, terapia electroconvulsiva (TEC). Pero algunos pacientes no responden adecuadamente a ninguna de estas medidas.
En estos casos se suele considerar la psicocirugía (neurocirugía con el fin de tratar enfermedades mentales) que tuvo sus comienzos en 1936, principalmente a través de los trabajos del neurólogo portugués Egas Moniz, considerado el padre de esta práctica.
Este tipo de cirugía se aplicó en el pasado con frecuencia en el tratamiento de diferentes trastornos psiquiátricos, que incluyen trastornos afectivos, trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y esquizofrenia.
Pero con el paso del tiempo, los abusos en la indicación de estos tratamientos quirúrgicos, que incluso eran llevados a cabo por personas que no eran siquiera cirujanos, los reportes de las complicaciones y secuelas postquirúrgicas, a veces peores que la propia enfermedad sumados a la aparición de psicofármacos eficaces, como la clorpromazina, aparecida en 1954 como tratamiento efectivo de las psicosis y el creciente auge de la terapia cognitivo-conductal, fueron llevando a la decadencia de la lobotomía frontal hasta su práctica desaparición. Vea el articulo completo