En enero, terminé en emergencias con un dolor en el abdomen que ya no me dejaba estar de pie derecho.
Después de un escáner, y de retorcerme de la manera más indigna, el médico me dijo que tenía cálculos renales, probablemente causados por una ingesta desproporcionadamente alta de proteínas, que mi cuerpo simplemente no pudo procesar y convirtió en depósitos calcificados en los riñones.
Cuando estas pequeñas "piedras" se atascan... duele.
Por suerte, yo no tenía a 'pasar' mis piedras, una frase que evoca imágenes de tortura medieval, pero el episodio me dejó pensando.
Después de varios años de hacer ejercicio y un par de ellos de entrenamiento en serio en el gimnasio, me había convertido en miembro de esa legión de "científicos" aficionados de gimnasio, que estamos convencidos de que con nuestro rudimentario conocimiento de nutrición podemos hacer que el cuerpo funcione de manera más eficiente, mientras nuestros músculos se hacen más y más prominentes.
Y, como cualquiera que haya tratado de volverse más "acuerpado" sabrá, la piedra angular de este proceso es ingerir mucha proteína.
Pero, ¿qué pasa si ingieres tantas proteínas como sea posible?
Graves consecuencias
La Agencia de Normas Alimentarias de Reino Unido, por ejemplo, recomienda que un adulto consuma hasta 55 gramos de proteína al día.
Por supuesto, esto varía dependiendo de la masa corporal, el género y el esfuerzo físico, por lo que es sólo una guía aproximada.
Por otro lado, un estudio de la Universidad de Connecticut, Estados Unidos, encontró que tomar proteína de suero de leche (un elemento básico para la mayoría de los fanáticos del gimnasio) durante un período prolongado de tiempo está relacionado con un mayor riesgo de problemas renales.
También puede tener un grave efecto negativo en otros aspectos de la salud, y causar deshidratación, fatiga y hasta aumentar el estrés en el corazón.
Músculos a la carta
Para que nuestro cuerpo pueda funcionar a un nivel óptimo, los nutricionistas recomiendan que obtengamos nuestras proteínas de forma natural, directamente de los alimentos.
El principal problema es que los "vendedores de proteínas" no tienen ninguna obligación legal de poner las pautas nutricionales de sus productos, ya que se clasifican como 'suplementos' no 'comida'.
Pero cuando se trata de un producto que aporta una gran proporción de la ingesta diaria recomendada -la mayoría de los batidos proteicos contienen alrededor de 20 gramos de proteína por porción (algunos "constructores de músculos", contienen más de 50 gramos y más de 1000 calorías)-, los riñones corren peligro.
La prensa de fitness también tiene algo de culpa.
La especialista en entrenamiento personal Pola Pospieszalska le dijo a la BBC que "las revistas de cultura física apelan a la vanidad, no se concentran en la salud".
Pospieszalska está convencida de que podemos conseguir todo lo que necesitamos de una dieta equilibrada.
La entrenadora personal Jade Lindsay hace eco de esa opinión, tras haber visto el lado negativo de una mala interpretación de la dieta en sus clientes que "hasta han desarrollado problemas en los huesos".
Lindsay señala que conoce a muchas personas en el gimnasio que han sucumbido a una cultura de desear el cuerpo soñado lo más rápido posible, por lo que los suplementos son su primera opción.
Cayendo en la trampa
Pero no todos los entrenadores personales son tan responsables cuando la meta es alcanzar rápidos resultados físicos.
Yo mismo he pasado mucho tiempo en el gimnasio escuchando hablar de dietas locas que contienen más de 200 gramos de proteína al día.
En mi esfuerzo por ser musculoso, yo también caí en la trampa.
El Dr. Spencer Nadolsky, un exluchador y ahora médico líder en el campo de la pérdida de peso, cuyo objetivo es dar prioridad al "estilo de vida antes que a las drogas", admite que a algunos entrenadores les hace falta educación: "Una gran cantidad de entrenadores están empezando a ponerse al día con los estudios perohay mucha desinformación".
Además señala que a veces hay un conflicto de intereses, cuando un entrenador personal está tratando de vender un producto.
Este es un tema que le preocupa a Charlayne Hart, una modelo cuatro veces campeona del mundo de fitness, que dice que la mayoría de los entrenadores que aconsejan suplementos "están tratando de ganar un dinero extra", pero opina que el problema radica en la forma en suplementos se comercializan: "No son sólo los entrenadores personales, sino también los embajadores de estas empresas que tratan de convencerte de que los tomes para obtener su comisión".
Ella admite: "He caído en la trampa de las dietas altas en proteínas, sin saber demasiado acerca de los efectos a largo plazo que pueden tener en el cuerpo. He tenido problemas graves de dolor de estómago, colon muy bloqueado y sufro de colitis".
Lo que está claro es que un aumento de la proteína no es ciertamente una solución rápida para alcanzar el cuerpo soñado; por el contrario, plantea riesgos graves para la salud.
Parece que todo lo que necesitamos lo podemos conseguir con una dieta equilibrada y saludable, y que la propia industria del fitness debería asegurarse de divulgar este mensaje.
Por mi lado, mis riñones y yo agradecemos las advertencias.