INTERNACIONAL.- La respiración es un proceso biológico esencial para la vida y, aunque lo hacemos de forma autónoma, muchas veces cometemos algunos errores que pueden afectar la salud.
Es importante tener en cuenta que al respirar no solo inhalamos el oxígeno necesario para el cuerpo, sino también partículas y agentes químicos que se filtran en el sistema respiratorio.
Por otro lado, se debe considerar que esta acción es clave para el funcionamiento del corazón, los pulmones, la producción de energía y el estado físico en general.
Debido a esto, es fundamental identificar qué tipo de respiración se realiza y cuáles son los efectos que tiene en la salud.
Además, es conveniente aprender a hacerlo de forma correcta para evitar consecuencias negativas a mediano y largo plazo.
- ¿Cuáles son las consecuencias de una respiración incorrecta?
Las consecuencias negativas de una incorrecta respiración son numerosas, ya que su función está vinculada con el trabajo de los demás sistemas del cuerpo.
Afecta principalmente al aparato digestivo, nervioso, cardiovascular y muscular y, además, tiene mucho que ver con el estado emocional.
Algunos de los problemas de salud que provoca son:
Depresión y ansiedad.
Fatiga crónica.
Enfermedades digestivas.
Mayor riesgo de accidentes cardiovasculares.
Debilitamiento del sistema inmunológico.
Incremento de las tensión arterial y de las pulsaciones del corazón.
Síntomas de asma o ahogo.
Tensión en el cuello y los hombros.
Falta de concentración y pérdida de la memoria.
- Respirar por la boca
La respiración por la boca es uno de los errores más frecuentes. Los expertos advierten de que este hábito tiene consecuencias negativas sobre la fonación, la deglución y hasta la postura del cuerpo.
Al emplear la boca en vez de la nariz para respirar se impide la acción de filtro y calentamiento de aire de las fosas nasales, lo cual conduce al desarrollo de trastornos de salud como la faringitis.
Ya sea que esté originada por la hipertrofia (agrandamiento de las amígdalas o adenoides) o cambios en la anatomía interna de la nariz (desviación del tabique o hipertrofia de cornetes), este tipo de respiración ocasiona anomalías en el rostro y toda la región dentofacial.
A su vez, esos problemas comprometen la habilidad para masticar y la estética de la sonrisa.
- Mala respiración y obesidad
La mala respiración está siendo asociada con las personas que sufren de obesidad. Esto se debe a que tienden a consumir más calorías, ya que el cerebro pierde la capacidad de activar a tiempo el mecanismo de la saciedad.
Por otro lado, este desorden desempeña un papel importante en el sueño y la oxigenación del cuerpo, lo que tiene mucho que ver con la masa corporal.
El exceso de peso implica un mayor esfuerzo para respirar, aumentando la tendencia a respirar más por la boca que por la nariz.
Esto conduce a la apnea de sueño, los ronquidos y otros trastornos nocturnos que aumentan de forma considerable el riesgo de aumentar de peso.
- Oxigenación alterada
Otra de los factores derivados de una respiración inadecuada que se deben considerar es la mala oxigenación que sufren los tejidos.
Al no lograr que llegue la cantidad necesaria de oxígeno hacia las células, se derivan graves problemas sobre el sistema nervioso, la salud cerebral y el mecanismo digestivo.
Además, también afecta a otros órganos vitales, así como a la piel, el cabello y las uñas.
Por todo esto, los médicos y expertos aconsejan hacer ejercicios de respiración que permitan mejorar su técnica.
Con esto se corrigen los errores logrando que el cerebro recupere la forma innata de hacer una buena respiración.
- ¿Cómo respirar de forma correcta?
Una respiración correcta se realiza con el área inferior del abdomen. Al inhalar, esta zona se expande hace afuera y lateralmente, mientras que al exhalar el estómago se puede un poco hacia el centro.
También se debe tener presente que por minuto se hacen entre 6 y 10 respiraciones, siendo este variable en función de la edad, el estado físico o las emociones, entre otros.
Los beneficios de adoptar una buena respiración son:
Mejor oxigenación de las células y los tejidos.
Menor esfuerzo cardíaco.
Reducción de la sensación de cansancio o fatiga.
Menos cansancio y tensión muscular.
Reducción del estrés y la ansiedad.
Mayor rendimiento físico y mental.
Más capacidad pulmonar.
Incremento de la tolerancia al ejercicio.
Menos riesgos de afecciones respiratorias y cardíacas.
Activación del nervio vago y control del nerviosismo.
¿Te sientes identificado con los problemas de la mala respiración? Entrena unos minutos al día con alguna técnica de respiración adecuada y comprueba que tiene mucho que ver con el estado de tu cuerpo.