“En primer lugar, la adicción es física porque el cigarro contiene nicotina, una droga que es tan adictiva como la heroína o la cocaína. En segundo lugar, existe una conducta adictiva porque fumar es un hábito aprendido que se asocia con actividades sociales cotidianas como tomar un café o salir de fiesta”, indicó la especialista.
Marianela Sánchez agregó que se suman las sensaciones positivas momentáneas que se experimentan durante el mismo acto de fumar, como son el placer, relajación y alivio en los síntomas de abstinencia, que al desaparecer dan paso a una sintomatología ansiosa que da pie al inicio de un nuevo ciclo de sensación de necesidad de fumar.
La especialista invitó a las personas que desean dejar de fumar y a sus familias a tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:
1. Diagnóstico: el primer paso que debe seguir un fumador es someterse a un diagnóstico para conocer el estado de su adicción, las razones detrás del hábito, problemas causados por el cigarro y el nivel de motivación que tiene por dejar de fumar.
2. Estrategia: es ideal planificar un método de tratamiento que ayude a mantener la abstinencia. La psicooncóloga indica que para lograrlo se pueden utilizar métodos farmacológicos, métodos no farmacológicos y es indispensable el apoyo psicológico.
3. Constancia: en el proceso de abandonar el cigarro se producirán numerosas recaídas que no deben desanimar al fumador, ya que son parte natural del tratamiento. Lo importante es estar preparado y consciente de que es un hecho aislado y no algo permanente donde todo está perdido.
4. El rol de la familia: familiares y amigos deben entender al fumador y ser sensibles y empáticos con su decisión de dejar de fumar. Es recomendable felicitarlo por su determinación, apoyarlo y alejarlo de personas fumadoras. Asimismo, se recomienda que incentiven actividades físicas, culturales y recreativas que sean del gusto del fumador.