En un cuarto silencioso lleno de los trofeos que ha ganado, Lee Young-ho se arremanga la camisa gris en el brazo derecho.
Una cicatriz, de más de un centímetro de grosor, va desde un poco más arriba del codo hasta su hombro.
"Nuestra compañía pagó todos los gastos médicos, por eso lo pudieron operar", explica su entrenador, Kang Doh Kyung.
"(Él) es el mejor jugador en StarCraft y ha ganado todo en su campo y todavía sigue imbatible".
El esfuerzo repetitivo ha lesionado los músculos de Lee deformándolos, por lo que la cirugía es la única opción para salvar su ilustre carrera.
Manteniendo su brazo alzado para mostrar la cicatriz, Lee hace una pausa.
"Es como una insignia de honor ", dice.
Es como la confirmación que he estado esperando: que los juegos de computadora en Corea del Sur han llegado a un punto peligroso, donde los profesionales y aficionados están destruyendo sus vidas y sus cuerpos.
Sin embargo, el entrenador Kang lo ve de manera diferente. Son atletas -explica- y las lesiones ocurren.
Uno de sus colegas luego sugirió que si yo estuviese entrevistando al campeón maratonista más condecorado del mundo, no sería extraño que tuviese las rodillas lesionadas.
Ni le insinuaría que someter a cirugía a un futbolista es algo "extremo", la frase que yo usaría para describir el brazo de Lee.
En todo caso, entiendo a lo que se refieren.
Tac, tac, tac, tac
El juego de computadora profesional -e-sport- es un asunto bastante importante en Corea del Sur. Hay un departamento del gobierno dedicado a su desarrollo.
Estos jugadores son como profesionales del fútbol, sus partidos son transmitidos -en TV y en internet- en inglés y en coreano.
El mejor gana cientos de miles de dólares al año, una mezcla de salario, premios en metálico y apoyo de patrocinadores.
Lee es jugador de Starcraft para KT Rolster, uno de los equipos más grandes de Corea del Sur. Su cicatriz es el resultado de estar en la cúspide de su juego durante 10 años.
El día que lo visité, los jugadores de Starcraft de KT Rolster estaban entrenando duro sólo para ser como Lee.
El sonido que produce la práctica es casi hipnótico: tac, tac, tac, tac, algo que recuerda a un salón al que debes ir para responder a un examen frente a una computadora.
Cada computadora tiene su propio cubículo, los jugadores tienen sus audífonos puestos y hay un mensaje pegado que dice "No moleste".
La diferencia aquí es que esos cubículos parecen que estuvieran vivos por sí solos. Fotos de familia, desperdicios de snacks y cepillos de dientes usados. Y luego regalos, muchos regalos.
Los jugadores profesionales son en su gran mayoría hombres, pero sus fans más obsesivas son mujeres, dándole a los jóvenes la clase de atención que antes sólo estaba limitada a estrellas de la música pop local, el otro boom de entretenimiento de exportación.
Pero a diferencia de la moda de Gangnam Style, e-sports es algo que Corea del Sur siente que puede aportar al mundo.
"Creo que e-sports tiene mucho potencial (para ser considerado un deporte), aunque quizás no tanto como un juego físico", dice Kang.
"E-sports está en el proceso de convertirse en un deporte mental como el ajedrez".
"Son adorables"
Cruzando el pasillo -y luego de pasar a una habitación llena de botellas de la bebida "deportiva" Pocari Sweat -otro patrocinador- me consigo con el salón de entrenamiento para el equipo KT Rolster de League of Legends.
League of Legends -LoL- es sin discusión el mayor de los títulos de los e-sports, y no es otra cosa que trabajo en equipo y estrategia de grupo.
Los jóvenes bromean sobre salir y tomar cerveza para ver quién obtuvo el mejor o peor premio.
Así como entrenan juntos, el equipo vive en un mismo apartamento cerca de la oficina donde entrenan.
Esperaba un salón lleno de aparatos tecnológicos y cosas afines. Después de todo, estos son jugadores importantes. Pero no, más allá de una TV, había muy poco.
Aquí, una dama de llaves hace lo que debe hacer para mantener al equipo saludable.
"Ellos invierten la mayoría del tiempo sentados haciendo poco ejercicio", asegura mientras limpia. "Por ello evito cocinar alimentos con muchas calorías. Sin embargo, les encanta la comida basura como esa".
Adicción toda la noche
En el punto máximo del juego, lucen definitivamente bien -saludables y felices- incluso si las duras rutinas significan que ya no quieren jugar más. Y todo se debe a que se trata de un trabajo.
Pero para los no profesionales, el impacto de jugar mucho en la salud y las vidas sociales de los jóvenes coreanos es tema de gran preocupación para muchos.
Tras visitar KT Rolster, fui a otra parte de Seúl a visitar lo que se conoce como un PC Bang. Están por toda Corea del Sur. Son cafés de internet, esencialmente, pero con computadoras para juegos de última generación.
Son cientos de ellos, en grandes salones que lucen como un club, con su propio bar. Están abiertos las 24 horas.
Ha habido numerosos casos donde los jugadores han muerto en estos PC Bangs. Son caso raros, pero han llegado a los titulares de las noticias a nivel mundial.
Corea del Sur ha hecho numerosos intentos para controlar el número de horas que los jóvenes están jugando. En 2011, se aprobó la llamada "Ley de Apagado", o Ley de la Cenicienta, que impedía que los jóvenes de 16 años o menos jugaran entre las 10:30 pm y las 6:00 am.
La normativa luego fue enmendada para permitir que los padres establecieran sus propias normas en torno a las horas que sus hijos debían invertir jugando dentro de sus hogares.
El país es líder mundial en el tratamiento de toda clase de dependencia tecnológica, pero los juegos de computadora son, de lejos, el problema más común. Los padres literalmente están arrastrando a sus hijos a centros de adicción abiertos en toda Corea del Sur.
Adicción
En KT Rolster, el entrenador Kang es responsable de cuidar por el bienestar del equipo, pero reconoce lo negativo que es jugar con esa intensidad.
"Cuando la gente se mete de lleno en algo y se vuelve adicta, puede cruzar la línea".
"Nuestros cuerpos pueden quedar muy cansados y en muy malas condiciones. Esto no solo ocurre mientras se juega. Incluso cuando la gente hace ejercicios, se puede experimentar un ataque cardiaco".
Durante el tiempo que estuve en KT Rolster, mi punto de vista cambiaba entre la noción de que los juegos de computadora son un asunto serio, a un serio problema.
Con el tac, tac, tac de los teclados todavía resonando en mis oídos, llegué a la única conclusión razonable: son las dos cosas.