INTERNACIONAL.– La miel de abeja es un alimento medicinal que nos ofrece la naturaleza para múltiples usos: para tratar heridas, facilitar la cicatrización, hidratar la piel, lavar el cabello, preparar jarabes, regular el intestino, etc.
Descubre en este artículo cuáles son sus usos más sorprendentes y efectivos y prepáralos en casa de la manera más sencilla.
Elegir bien la miel
No todas las mieles son iguales. Hoy en día podemos encontrar muchas variedades y diferentes calidades en cualquier supermercado, algunas a precios muy bajos.
No obstante, para que conserve todas sus propiedades medicinales debemos elegir una miel cruda que no haya sido sometida a altas temperaturas, lo cual se confirma si la miel está solidificada o cristalizada.
En casa nosotros mismos la podemos poner al baño María para que se vuelva líquida.
También debe ser una miel de la máxima calidad posible, natural o ecológica, para asegurarnos de que no se le hayan añadido sustancias químicas para conservarla.
¿Te has hecho una herida o una quemadura y quieres curarla de manera natural y efectiva?
Si te aplicas un poco de miel, te beneficiarás de su increíble capacidad para eliminar bacterias y microbios, sus propiedades antiinflamatorias y sus virtudes para estimular el sistema inmunológico.
Además, combate la irritación, calma el dolor y favorece la cicatrización.
Solamente tienes que dejar que la miel se seque sobre la herida e ir repitiendo la aplicación hasta que mejore.
- Mascarilla para el cutis
La miel de abeja es un ingrediente natural excelente para mantener la hidratación natural de la piel.
A diferencia de los aceites, evita que el cutis se seque sin aportarle una textura grasa, lo cual la convierte en el componente perfecto para una mascarilla adecuada para todo tipo de pieles: secas, mixtas y grasas.
Las pieles con acné también se pueden beneficiar de ella, ya que tiene propiedades antibacterianas.
Nos pondremos una capa de miel por toda la cara y la dejaremos actuar durante media hora. A continuación nos aclararemos el cutis con agua tibia.
- Champú natural
Las personas que buscan champús totalmente naturales para lavar y cuidar su cabello pueden probar con una cucharada sopera de miel diluida en 200 ml de agua. Este champú 100% nos ayuda a regular el sebo del cuero cabelludo, combatir la caspa, mantener la hidratación del pelo, darle brillo y suavidad.
Si queremos usar nuestro champú habitual, podemos probar este remedio como acondicionador o mascarilla.
- Base para jarabes
La miel es el mejor remedio natural para la tos, por lo que resulta un ingrediente muy efectivo y saludable en cualquier jarabe casero que queramos preparar, mucho más sano que el azúcar.
A este jarabe podemos añadirle cáscaras de limón y naranja, jengibre, canela, tomillo, etc.
- Reguladora intestinal
La miel es un remedio muy efectivo para el intestino, ya que actúa como laxante suave para favorecer la evacuación a la vez que nos ayuda a combatir los parásitos intestinales.
Para potenciar su virtudes debemos tomar cada mañana en ayunas un vaso de agua caliente con una cucharada sopera de miel y una cucharada sopera de vinagre de manzana sin pasteurizar.
La miel de abeja es un remedio medicinal para tratar múltiples problemas digestivos como la acidez o las úlceras gástricas. Actúa regulando la secreción de los jugos gástricos, a la vez que ejerce sus propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes sobre toda la mucosa digestiva.
Podemos tomarnos, antes de la comida, un licuado de patata cruda endulzado con una cucharadita de miel. Este remedio es excelente para las úlceras y la hiperacidez.
Además, también previene y combate de manera progresiva las insuficiencias del hígado y la vesícula biliar, por lo que es un alimento muy completo para mejorar la digestión.
- Para dormir mejor
¿Problemas de nerviosismo o insomnio? La miel también es la solución. Además de ser rica en vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales, contiene azúcares que aumentan los niveles de insulina de manera natural y producen serotonina.
Esta hormona está relacionada con nuestro estado de ánimo y nos produce una sensación de relajación.
Podemos tomarnos, cada noche, una infusión relajante o un vaso de leche de avena con una cucharadita de miel.