INTERNACIONAL.- Encontrar la felicidad es la meta más codiciada. Porque ¿qué sentido tiene verlo todo en monocromo? Sin risas, emociones, ni alegrías. Pues el desasosiego no es un sentimiento que queramos experimentar perennemente. Pero en cambio, el entusiasmo sí y las ganas de ver al mundo con un foco más colorido.
Bien es cierto que el dinero no compra el fin último del ser humano, y es que ser más feliz, es cuestión de actitud. Te contamos qué vicios emocionales debes erradicar para lograrlo.
1. Tener altas expectativas en los demás
¿Has escuchado alguna vez que: a menor expectativa, menor decepción?
Pues, cuando componemos en nuestras cabezas como una especie de guión fílmico con el que, utópicamente, la gente debería hablar y actuar según lo que nos satisfaga y nos haga sentir mejor, ha llegado el momento de abrir los ojos y ver que no todo transcurre tal y como queremos. Entonces, la realidad nos golpea ferozmente.
Uno de los secretos para ser un poco más feliz se basa en no idealizar la conducta de otros. Es preferible dejarse sorprender por sus acciones, antes que construir grandes expectativas con respecto a ellos y resultar, posiblemente, decepcionados.
2. Tratar de complacer a todo el mundo
En la vida de quienes tratan de complacer a todos los que les rodean, el desenlace suele ser un tanto desafortunado: porque no terminan complaciendo a nadie, ni siquiera a ellos mismos.
No está mal ser amable y solidario con nuestro entorno. Pero, ¿hasta qué punto “tanta entrega” se convierte en un problema? Cuando por más que deseemos decir “no”, terminemos diciendo que “sí” en la mayoría de las situaciones o casi todo el tiempo, coartando nuestra propia voluntad.
Para ser felices, debe existir fidelidad a lo que queremos. Si está en ti negarte o ceder ante algún evento de la vida, ¡hazlo!. Aunque siendo racional acorde al caso, sin caer en la apatía ni mucho menos en la complacencia compulsiva.
3. Arrepentirte del pasado
Del pasado, a veces hay demasiado que cortar. Al recabar en la vieja archivera de recuerdos, posiblemente encuentres varios eventos de los cuales puedes sentir arrepentimiento.
Seguramente en el acto de revolver hechos anteriores, aparecen pensamientos perjudiciales como “pude haber dicho esto”, “no debí dejar las cosas así”, “¿por qué tuvo que ocurrir?”… Pero si en lugar de sublevarte de ese modo, cambiaras el enfoque de cómo percibes los lamentos del ayer. De manera que transformes el arrepentimiento en una oportunidad para reflexionar… perseguir mejores elecciones en el futuro y crecer como individuo, conseguirías ser más feliz, siguiendo adelante con una mejor postura.
4. Pretender cambiar a otros
Tal como ocurre con los que tienen altas expectativas en los demás, quienes agotan energía tratando que otros se comporten de manera diferente, terminan defraudados cuando los desenlaces no resultan como esperan.
Cada individuo tiene su propio proceso de aprendizaje. Lento o rápido… ellos mismos lo determinarán dependiendo de la voluntad que tengan y sus deseos de transformarse a sí mismos. Si alguien considera que debe permanecer tal cual está, sencillamente no cambiará.
En esos casos, por más nobles que sean tus intenciones, terminarás insistiéndole a un muro de hormigón. Entonces, deja de preocuparte por lo que no depende de ti y enfócate en lo que sí puedes controlar.
5. Compararte con el resto
Los seres humanos tenemos diferentes estilos de vida, raza, complexión, cuerpos, personalidades, etcétera. Somos únicos y especiales, con nuestra propia esencia. Asimismo, todos atravesamos por grandes retos, aunque pensemos que hay quienes vivan en un eterno cuento de hadas.
Si eres de los que se comparan con otros, porque crees que tienen mayores cualidades o mejores oportunidades, ¿te has preguntado alguna vez si esas personas en realidad la pasan tan bien como crees? Puedes ver lo que hay por fuera, pero por dentro… quizás estén lidiando con emociones realmente difíciles.
El día que dejes de compararte con otros, serás un poco más feliz.
6. Temerle al fracaso
Quien no esté dispuesto a tomar riesgos por miedo a fracasar, jamás sabrá lo que es vivir. Pues el fracaso es parte de la existencia. Todo está susceptible a ello, como también sucede con las posibilidades de éxito.
¿Qué hay si fracasamos? Si nos caemos, nos volvemos a levantar… pero mucho más erguidos y fuertes. No permitas que el miedo empañe las oportunidades de ser más feliz.
7. Vivir con rencor
El rencor nos vuelve amargos e incapaces de abrazar mejores emociones. Es una carga tan pesada en nuestro interior que, de acuerdo con el psicólogo Seth Meyers, también perjudica la salud, ya que puede aumentar los niveles de estrés y elevar la presión arterial.
Para ser más feliz, sin rencores, es necesario hacer trabajo introspectivo para analizar lo que nos molesta y cómo podemos solucionarlo.