El potencial terapéutico de la cannabis (marihuana) parece ilimitado, extendiéndose mucho más allá de simplemente aliviar las náuseas o dolor en los enfermos terminales. Christina Sánchez, bióloga molecular de la Universidad Complutense en Madrid, España, ha estado estudiando la actividad molecular de los cannabinoides durante más de 10 años y durante este tiempo ella y sus colegas han descubierto que el tetrahidrocannabinol, o THC, el componente psicoactivo principal de la marihuana, induce “suicidio” en células tumorales, sin molestar las células sanas.
Este sorprendente descubrimiento fue algo inesperado, ya que Sánchez y su equipo estaban inicialmente estudiando células cancerosas cerebrales con el fin de comprender mejor cómo funcionan. Pero en el proceso, observaron que cuando se exponen al THC, las células tumorales no sólo dejaron de multiplicarse y proliferar sino que también se destruyeron a sí mismas, tanto en pruebas de laboratorio como en los ensayos con animales. Sánchez informó sobre este hecho por primera vez, tiempo atrás, en 1998, con la publicación de un estudio sobre los efectos anticancerígenos de THC en la revista de bioquímica, Europea FEBS Letters.
“A principio de 1960, Rafael Mechoulam de la Universidad Hebrea en Israel, clasificó el compuesto principal en la marihuana que produce los efectos psicoactivos que todos conocemos”, explicó Sánchez durante una entrevista con Cannabis Planet. “Tras el descubrimiento de este compuesto que se llama THC, era bastante obvio que este compuesto tenía que estar actuando sobre las células de nuestro organismo, a través de un mecanismo molecular”.