23 septiembre 2015

¿Cuál es la mejor manera de limpiar nuestros oídos?

El cerumen de los oídos es una secreción natural con una función muy importante, y limpiarlo no es algo que se deba tomar a la ligera.
El cerumen usualmente no causa problemas, pero si se produce en exceso puede causar un bloqueo que puede causar dolor o causar la pérdida de la audición.
Existe una gran cantidad de productos a la venta que prometen limpiar tus oídos o eliminar la cera de los oídos, pero ¿cuál ayuda realmente?
Hisopos
Los problemas con frecuencia surgen cuando intentamos limpiar nuestros oídos con el dedo o, incluso peor, con un bastoncillo de algodón.
Cuando los usamos, lo que realmente terminamos haciendo es empujando el cerumen hacia la profundidad del oído, lo que hace que se quede pegado en las partes que no se pueden limpiar a sí mismas.
Eliminar el cerumen con un bastoncillo puede irritar la piel del oído, lo que puede provocar que la gente tienda a tocarse aún más esa parte.
Velas para los oídos
Las velas para los oídos son comercializadas como una solución sencilla para quienes quieren deshacerse del cerumen.
La técnica implica colocar una vela encendida, larga y delgada, dentro de un cono con un orificio y posicionarla dentro del oído.
Investigaciones han demostrado que las velas para oídos no son efectivas para remover el cerumen y representan un peligro.
Gotas de oídos
Muchas personas usan gotas para los oídos como opción número uno para eliminar el cerumen. Estas pueden suavizar o aflojar el cerumen y permitirle seguir su curso natural.
Aunque las gotas podrían ser efectivas, pueden causar irritación en las personas con pieles sensibles.
En cambio, gotas de aceites de oliva y de almendras parecen ser tan efectivas como otros costosos productos comerciales.
Irrigar el oído
Si es de las personas que produce cerumen en exceso, sería recomendable que se lo comentes a su doctor.
Si tienes un problema persistente con el cerumen, tu doctor podría recomendarte irrigar tu oído, un procedimiento que también se conoce como lavado con jeringa.
Esta técnica consiste en usar una herramienta que lanza un chorro de agua dentro del canal del oído para eliminar la cera.
Sin embargo, aunque este método podría quitarla, puede en algunos casos ser doloroso e incluso dañar el tímpano.
Microsucción
En este procedimiento, el especialista usará un microscopio para ver dentro del oído y un diminuto dispositivo aspirará el cerumen.
Esta técnica puede ser muy segura y efectiva para eliminar bloqueos persistentes.

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